viernes, 23 de septiembre de 2011

Jorge Chávez. El cruce de los alpes, 101 aniversario

     23 de setiembre. Briga. Son las 13:29 el Bleriot deja la tierra y se eleva hacia su ultimo vuelo. Es un avión ligero, pero la tensión de los cables que lo sostienen, lo hacen poseedor de una fuerza que va mas allá de las expectativas.  Su motor es de solo 90hp.  Pero la fuerza del anhelo humano duplica sus revoluciones. Sus alas son de tela, tan frágiles... tan efímeras... pero el alma de su piloto es de hierro.

     23 Años. Peruano, aventurero, ingeniero eléctrico, deportista, pero sobre todo aviador. Esta ahí, bordeando los 2.100 metros de altura, demostrándonos que mas afortunado no es el que mas cosas tiene, sino el que tiene lo que le gusta. El vuelo es difícil, los vientos soplan en todas direcciones, como custodiando la cima de las montañas del paso de extraños. Nadie los ve, pero su ímpetu puede golpear al mas valiente; mas nunca hacerlo dudar de sus convicciones.

     Da una ultima vuelta hacia la derecha, frente a sus ojos queda expuesta una primera visión de la ciudad de Domodossola. El descenso continua entre las montañas, ha pasado una etapa crucial de la travesía. ¿Que sentirá? Mientras la dirección del viento cambia, el vuelo se hace mas estable. ¿Que pensara? Con el ruido del motor como música de fondo y el roció de aceite emanando hacia el .¿Estará satisfecho con lo hasta ahora logrado?

14:14
     
     "Las alas han cedido a 20 metros del suelo. Bajaba de lo más bien, se acercaba a tierra en vuelo planeado, con una que otra aplicación de motor. De repente, "crac", las alas se han desprendido y se han doblado hacia atrás como las de una paloma. El aparato se vino abajo, a pique, luego se dio vuelta de campana, deshaciéndose totalmente. Ya no queda nada, no es más que un montón de piezas sin forma"
Declaración de Arthur Duray, después de ocurrido el accidente.

El diccionario define gloria, como el honor que resulta de las buenas acciones. Jorge Chávez es un legitimo poseedor de esta. Demostró ser un hombre valiente. Un hombre que invirtió tiempo y dinero en el desarrollo y difusión de la aeronáutica, en ese entonces una ciencia incipiente, de la que se tenia poco conocimiento. Por hombres y mujeres como el, tenemos hoy día una aviación que en sus diferentes ramas de aplicación ha contribuido acortando distancias; rompiendo esas barreras naturales que separaron al hombre desde el principio. Salvando vidas, protegiendo y dando seguridad a otras. Para los que apreciamos la aviación en su mas pura esencia, la de permitirnos hacer lo que nuestra naturaleza originaria no nos permite, es un ejemplo de decisión y fuerza de voluntad. De tenacidad y sacrificio. 

     Jorge es llevado al hospital de San Biaggio y atendido por los mejores médicos del lugar. El esta consciente, y aunque el dolor que conlleva tener fracturas múltiples en las piernas y golpes en todo el cuerpo conlleva, esta animado. En su habitación se encuentra Luigi Barzini, periodista. Quien le pregunta detalles del vuelo. Chávez recuerda todo con claridad:

"...Pero, tan pronto como me encontré en el paso de Furgenn, entre el Seehorn a la izquierda y el Tschaggmatorn a la derecha, me sentí repentinamente agarrado por el viento...Eran verdaderos golpes de martillo, imprevistos, por aquí, por allá, arriba, abajo...Un infierno. Me parecía rebotar cómo una pelota. Hacía saltos de cincuenta y sesenta metros. ¡Ah! Si el barómetro hubiese podido registrar todo eso, vería usted qué clase de zig-zags marcaría. El viento me aventaba de golpe hacia la tierra y un instante después me agarraba otra vez para arrojarme contra el cielo...Es ahí donde he cansado el aparato. Sentía que el viento me llevaba y me parecía que el aeroplano tuviese que escapárseme de repente. Yo movía los equilibradores, procuraba dar vueltas, salir de esos torbellinos...Era una lucha tremenda y porfiada..."

Barzini después de escuchar tremendo relato, hace la pregunta que le corresponde:

"¿Se asustó usted?"

A lo que Chávez, con ese temple que solo tienen los grandes,  responde:

 "No."